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Tarjeta Turística de Roma
Tarjeta Turística de Roma
Este boleto combinado le da acceso a los 5 mejores lugares de la ciudad de Roma: el Coliseo (incluido el Foro Romano y la Colina Palatina), los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina, San Pedro (visita guiada) y Bus turístico por Roma.

Coliseo, Foro Romano y Colina Palatina: Entrada Prioritaria
Coliseo, Foro Romano y Colina Palatina: Entrada Prioritaria
Sáltate las largas colas con este boleto de entrada. Después de visitar el Coliseo, puedes ir al Foro Romano y Monte Palatino que se encuentran opuesto al Coliseo.

Museos Vaticanos y Capilla Sixtina: Sin colas
Museos Vaticanos y Capilla Sixtina: Sin colas
Saltarse la línea y visite las espléndidas habitaciones y las innumerables obras maestras de Miguel Ángel, Rafael en la Capilla Sixtina y admira enormes frescos del Juicio Final.

Borghese Gallery: Vía rápida
Borghese Gallery: Vía rápida
Galleria Borghese se encuentra en la villa del parque Villa Borghese. Es un museo lleno de arte del Renacimiento. La colección incluye varias esculturas y pinturas. No te olvides de buscar los hermosos frescos en los techos.

Basílica de San Pedro: Subida a la cúpula con guía
Basílica de San Pedro: Subida a la cúpula con guía
Aproveche al máximo su visita a San Pedro con una visita guiada para subir a la cúpula de la basílica y admirar una de las vistas más impresionantes. Después del recorrido, puede explorar el resto de la basílica a su propio ritmo
Arquitectura Romana
Uno de los principales atractivos de Roma es, sin duda, el hecho de que en cada esquina de la capital italiana hay arte y belleza. Más allá de sus paisajes verdes y de su clima espectacular, la historia y las influencias de los antecesores de los romanos actuales son evidentes en las calles y en los monumentos históricos. La arquitectura romana es uno de los artes más palpables y más accesibles tanto para los romanos como para los turistas. Y nos cuenta mucho más de lo que creemos.
Aunque es cierto que los romanos pusieron en práctica varios métodos y técnicas de los griegos y otros predecesores (corintios, etruscos, fenicios…) para construir (y para muchas otras cosas más), también es innegable el hecho de que rápidamente intentaron suplir sus propias necesidades. Es decir, lograron adaptarse a aquel ciudadano moderno y supieron innovar su propio estilo arquitectónico.
Se usaban nuevos materiales, nuevas mezclas de construcción y sobre todo, nuevas formas. La idea siempre fue preservar los edificios y estructuras por mucho tiempo: y ahora el éxito es notable.
Comienzo de la arquitectura romana
Naturalmente hubo edificaciones en los años tempranos del Imperio, pero los restos de aquellas estructuras son tan escasos que cuando hablamos de Arquitectura Romana, nos referimos a la arquitectura que está desde los años de La República, es decir, desde el 509 BC hasta el siglo IV AD.
Lo cierto es que la arquitectura floreció durante la Pax Romana, ese periodo de paz y de intentos mínimos de expansión que se llevó a cabo en Roma durante el siglo I y el siglo II AD. Durante este periodo, la riqueza y la densidad de población influyeron en el uso de los materiales como el mármol y luego el concreto, lo que dio comienzo a proyectos más originales.
Los edificios romanos no solo eran funcionales, sino que también tenían el propósito de impresionar, lo cual nos queda muy claro con las grandes estructuras de la Antigua Roma que aún se irguen en la Ciudad Eterna. Claro ejemplo de estructuras imponentes es el Coliseo.
Uno de los factores para los avances en la construcción por parte de los romanos fue la religión, lo cual impuso la creación de importantes monumentos históricos que aún se mantienen. El Panteón nos sirve para reflejar el ejemplo. Asimismo, las basílicas y templos.
Herencias
Concreto. Por supuesto, muchos de los logros de la arquitectura romana se deben a la creación del concreto, lo cual facilitó la construcción y el sostén de las edificaciones. A diferencia del mármol, este material fue usado masivamente.
Domos y arcos. No hay herencia más clara de la arquitectura romana como el domo o el arco, y esto se puede apreciar fácilmente cuando caminamos por la ciudad. Junto con el uso del concreto, más la innovación del arco, se dio inicio también a la consideración de sitios grandes como lugares de reuniones masivas. Ya los romanos podían aglomerarse en sitios con techos. Uno de los muchos ejemplos de esto son las Termas de Caracalla y otras termas.
Apartamentos. Los apartamentos actuales son los nietos de los llamados insulae, los cuales eran especies de apartamentos (bloques de vivienda) que lograban alturas de varios pisos. Los insulae eran sobre todo alquilados a las personas que no podían costear viviendas propias, aunque había otros usos y mercados para ellos. En la época, no eran sanitarios y además eran peligrosos, pero sin duda marcaron un punto importante en la arquitectura y urbanización moderna. Aparte, para los fanáticos de la historia, nos resultan fascinantes como ejemplo de urbanización durante la época.
Columnas. Las columnas fueron adaptaciones de los griegos, las cuales los romanos fueron capaces de perfeccionar y darle otro uso, aparte del de sostener edificaciones: el decorativo. El Arca de Septimio Severo es un ejemplo de las columnas decorativas.
Mosaicos. El uso de los mosaicos forma parte del arte romano, y sin duda tomó parte en la arquitectura. El mosaico era una construcción de rocas coloridas incrustadas en cemento. Durante el primer y segundo siglo, esto se volvió una tendencia muy evidente. Se utilizaba en pisos, en paredes y en estructuras públicas. El pueblo en general luego tuvo acceso a ellos.
Innovaciones en la higiene y salud pública. Gracias a sus fijaciones por la construcción, los romanos también llegaron a perfeccionar (al menos en términos de la época) los elementos de higiene y salud pública. Ejemplo claro de esto son las letrinas y los baños públicos, y la calefacción bajo suelo.
En la modernidad
En la actualidad, la influencia romana sigue vigente probablemente por el hecho de que gran cantidad de los monumentos de la Antigua Roma continúan erguidos. Muchos edificios de gobierno, bancos y estructuras públicas tienen una clara preferencia por el estilo romano.